domingo, 30 de noviembre de 2014

¿TE ACORDÁS, HERMANO?





Ahora, con los botines sucios en el bolso, con la tierra pegada en los tapones, con este sábado después de tantos años sin fútbol, me siento a un costado del bolsito, solo, y me pongo a recordar:

¿Quién no se acuerda de aquella vez de San Pifa, contra Atlético Adrogué, con 9, colgados del travesaño, victoria con gol de Candia?
¿O de aquel día que Trapo se cansó de mandarla a la cancha tres?¿O aquel amistoso que festejó el gol como si fuese la final del mundo?
¿No te acordás del gol de saque desde la mitad del Peli? ¿O de lo morfón que era el Bebe? ¿O de lo que jugaba Darío cuando era flaco?
¿Quién no se acuerda de la batalla campal que desató Charly contra un mocoso, que nos sacó la policía de Atlántida porque sino dormíamos ahí?
¿No te acordás del estado nebuloso de Coqui, de los malhumores de Martiniano, de los goles de afuera del Sangiovani joven y bueno, o sea Hernán?
¿No te acordás el día que el gordo Juan voló por los aires al juez, el mismo día que Pifa se corría del arco para no atajar el penal?
¿No te acordás como el Boli perdía la espalda o Candia aprendía que esto no era futbol australiano?
¿No te acordás del primer partido, que a Nico se le ocurre cargar al arquero y volaron las trompadas? Sí, el mismo Nico del gol del ascenso y los dientes desparramados por la cancha…
¿Te acordás de las mandadas al ataque de Juan Ma que siempre terminaban con un planchazo al rival?
¿No te acordás del día que Guille sacó de chilena un casi gol sobre la línea, o del día en que Bati se llevó por delante a la pelota, al Mago y al rebote de un penal?
¿No te acordás del día de la mano del Oso que nos dejó a los 15 minutos con uno menos contra Arcor, y le empatamos igual?
¿Te acordás de las calesitas de Tincho, o del día que Colombo entró en culo a la cancha o aquella vez donde descubrimos que Javi no era humano y lo bautizamos Robocop?
¿Te acordás del día de los puños de acero de Papo, o de sus saques de arco que caían casi en el mismo lugar?
¿No te acordás del día que jugamos con la cancha inundada y perdimos porque la pelota entró por empuje de las olas?
¿O de aquella vez que el Mago dos veces quiso gambetear, nos hicieron dos goles y les sacó todas las canas que ahora tiene Amadeo?
¿No te acordás del tiro libre del peluquero? Dejate de joder si no te acordás…
¿No te acordás de que el Ejecutivo salió dos veces goleador del torneo, en un equipo donde sólo él hacía goles?
¿O de cuando Villares vino en musculosa a jugar, o aquella vez que Caru, sí, el mismo, hizo cuatro goles en un partido desperdiciando la oportunidad más fácil?
¿No te acordás de los rechazos de Mauro, de las escapadas de Nacho, de aquella vez que un batallón no podía sujetar a Cable?
¿No me digas que no te acordás de la vez que Arielito dejó pasar la pelota al corner con pasos de torero, o de los laterales a quemarropa de Osvaldo, o de aquella vez que Julián erró un gol en la línea del arco?
¿No te acordás del día que el mismísimo Ale Lego pegó una patada, de los penales absurdos del Vasco o del día que el Oso presentó a su hermano como la figura del futbol y lo rajaban todos los partidos?
¿No te acordás de… de… de?
Es hora de sacarle la tierra a los botines y colgarlos, porque cuando te acordás demasiado es porque estás viejo.

No sé si todos recordarán estas cosas u otras mejores, pero si seguro todos nos acordamos del compañerismo, del tercer tiempo como lo llamaría Pifa, de los asados, de las risas y cargadas en un equipo que siempre, en la cancha y afuera, aunque mas no sea un rato, HAN JUGADO TODOS.

sábado, 15 de noviembre de 2014

PUNTO FINAL




Y bueno, hasta acá llegamos.
Derrochando esfuerzo en la semana para juntar once.
Derrochando plata en inscripciones abultadas, partidos paupérrimos y árbitros impresentables.
Derrochando sangre en partidos que desde el vamos son irremontables.
Y bueno, hasta acá.
HAY QUE SABER RETIRARSE EN LA CIMA.
Y saber disfrutar los momentos de gloria.
Basta con ver la foto que encabeza este blog. Entre enmascarados y ausentes, suman más de los presentes.
Y eso ya es decir mucho.
Desde este espacio agradecemos a aquellas personas (más de 120) que a lo largo de la historia han vestido esta honorable casaca, a aquellos que durante tantos años han bancado las bases para no dejarnos caer, pero me parece que este es el PUNTO FINAL.
Quizás en el próximo asado resurjan las ganas y las CONVICCIONES que hoy están más que ausentes, pero no tiene sentido prolongar demasiado la agonía. Hagamos uso de la eutanasia y hagámonos cargo de la edad, de la falta de compromiso por tener muchos compromisos ajenos, del problema del horario, etc, etc, etc.
Hacerse cargo para darle utilidad y valor a todos aquellos que peleamos hasta el final este campeonato sufrido más que disfrutado, peleado más que jugado, desbancado más que ubicado.
Terminamos quintos de siete. Algo normal para este equipo, me dirán.
Pero la cosa no tiene que ver con resultados.
Es más profundo.
Quizás, pensando más allá, el Ciclón de Jonte se quedó en Atlántida y este sucesor, Ritestein, jamás tuvo ni la impronta, ni el compromiso ni el amor que tuvimos en aquellos añejos años.
Una mueca disfrazada que nunca estuvo a la altura.
Vamos a hacer, por lo pronto, lo mejor que tuvimos:
EL CULTO A LA AMISTAD.
En este equipo han jugado todos: desde los mejores hasta los que no sabían sacar un lateral pero eran buena gente. Y perdimos más partidos que los que ganamos o empatamos sumados, pero nunca faltó el compañerismo.
En el próximo part... asado, reivindiquemos eso.
Que al fin de cuentas ESO SOMOS.
Punto final

domingo, 9 de noviembre de 2014

LA DECADENCIA DEL IMPERIO




Y sí, alguna vez tenía que pasar. Nada es eterno.
Pero la verdad que el andar del equipo en este mini campeonato, salvo el triunfo y la mentirosa ilusión de la segunda fecha, fue bastante desprolijo, y no decimos vergonzoso porque no se trata de vergüenza, sino de un mero juego y un divertimento, que se ha transformado, por lo menos para los referentes del equipo (por no decir viejos) en un sufrimiento.
Encontrar en esto que somos lo que alguna vez fuimos se torna difícil.
Porque si bien jamás fuimos un equipo elegante (ni aún en un para de muy buenas temporadas en Atlántida), el ex ciclón de Jonte, hoy Ritestein, ni siquiera se aproxima al área rival, ni siquiera da dos o tres toques seguidos, ni siquiera tiene el cuchillo entre los dientes.
Y si bien esa era su característica fundamental, hoy ya no lo es.
Será al edad, será el cansancio, será el calor, pero ya el equipo no tiene garra. Porque los viejos chot... perdón, referentes del plantel, saben que si había algo difícil de hacer era ganar, pero más difícil era que nos ganen con facilidad.
Y ya nos gana cualquiera: del primero (como en este triste 5 a 0) como el último (en fechas pasadas).
Y tal vez alguno me dirá: igual dejamos todo. Suponiendo que la afirmación fuera cierta (cosa que no lo es), igual no pateamos al arco, loco...
Hoy es un rejuntado. Antes alguna vez lo fue, pero sólo circunstancialmente. Se está haciendo costumbre serlo, que la gente de siempre no venga y que nos salven pibes (y no tanto) que le ponen voluntad...
Voluntad que sumada a la edad de los referentes y a la calidad futbolística dudosa, hacen que el equipo sea una mueca que se desmorona ante el primer gol rival.
No da para hablar mucho del partido: ni de los posibles errores arbitrales, ni de los mano a mano de Pifa, ni del tiro del Oso, ni de la performance de algunos...
Me parece que mejor, en  el próximo asado, pongamos las cosas claras y si hay un fin de ciclo que sea con la dignidad que nos merecemos: es decir, con buenas achuras, buen vino y helado.