domingo, 19 de junio de 2011

EN UNA MUY, PERO MUY LEJANA, GALAXIA by El Escritor

En una muy, pero muy lejana, galaxia, se juntaron seres de diversas razas y planetas con el objeto de armar un equipo para una competencia contra duros rivales del espacio exterior. Se inscribieron durante un tiempo, el equivalente a casi diez años terrestres, en el torneo de la constelación Atlántidus, donde brindaron batallas de diversa índole y con resultados diversos, aunque convengamos que muy bien no les fue. Sin embargo, y sin mediar los resultados, este grupo de valerosos seres intergalácticos se fue convirtiendo, y fama mediante, en un equipo difícil de vencer, muy a pesar de los incrédulos rivales, que en idioma de la galaxia Fierrus era algo así como profjgudsertomuer, que en el castellano terrestre significa” como puede ser que no le podamos ganar a estos muertos”. Y a veces no podían, sino digánselo a los derrotados Atleticus…
Pero como la constelación Atlántidus le quedó chica, los seres viajaron por el espacio hasta recaer en el torneo interestelar Vascusgermanus, de mucho más renombre y mayor cantidad de combatientes.
Grande fue la sorpresa al ver que las lides se realizaban en espacios más reducidos, y que si bien el esférico doblaba, podía jamás volver o tardaba mucho en regresar, casi de planeta a planeta, lo que menguaba el espíritu aguerrido de nuestros personajes, acostumbrados al ritmo vertiginoso y a la sangre caliente, especialmente si ésta era de los rivales y se dejaba ver.
Y allí andan nuestros valientes, en una lucha sin igual por recuperar el orgullo perdido y escalar posiciones en el más prestigioso torneo que se conoce por este lado del universo.
Pero claro, esta historia no termina acá, porque como toda buena historia, es necesario conocer a los personajes que aparecen:

Cuidando la retaguardia del equipo, nos encontramos con el primer extraterrestre, que difiere muchísimo de un ser humano común:
El Papum, así se conoce a esta raza, no tiene manos, los pies le pesan mucho por lo que en estas latitudes no puede saltar, pero dada la forma extraña de sus dedos, es capaz de realizar tiros de poco alcance, pero de gran altura, en una comba extra ordinaria, es decir, ordinaria al máximo. Sin embargo es muy querido por el grupo, sino no se explica su permanencia, y es el fundador de este grupo de honorables seres intergalácticos.
Pero continuemos. Por las puntas de las líneas defensivas, el ala derecha está resguardada por el Boliseos, ser semejante a un humano pero con muchas más espaldas, no en tamaño, sino en cantidad. Esto se evidencia porque al tener tantas, siempre regala su espalda cada batalla al rival de turno, en un gran gesto de caballerosidad deportiva. Su alternativa, el Candium, practica otros deportes en el cosmos, y cuando juega a éste, es como si siguiera practicando los otros. Ha sufrido la rotura de una de sus extremidades, pero su regreso ha sido con Gloria (con Divina Gloria, que lo trajo en su nave).
El ala izquierda está defendida por el milenario ser conocido como Charlus, quien ha regresado para sellar el ala defensiva. No lo ha logrado, pero eso tiene que ver con sus características físicas. Los Charlus nacieron con dos piernas derechas y eso no se puede arreglar tan fácilmente. Gran sorpresa se llevará el pirata intergaláctico que se apoderó de su blanquecino y mítico calzado, salvo que también tenga dos pies derechos.
Su antecesor, el Juanmanuelus, tiene una exquisita zurda, pero la misma solía impactar más sobre el cuerpo rival que sobre el esférico.
En la saga central de la defensa, digamos la columna vertebral donde un buen batallón erige sus cimientos, encontramos los más aguerridos.
En primer lugar encontramos a un ser de la raza Guillotiums, que a decir verdad quedan pocos de su especie, ya que suele ser odiado por el resto del cosmos. De pelaje gris, pies metálicos terminados en punta de hacha, y más de miles de años centurianos, su xenofobia incipiente a extraterrestres de tez oscura, sus comentarios ácidos acerca del planeta natal del rival de turno, más sus golpes arteros, lo hacen uno de los seres menos queridos del universo.
A su lado encontramos un serio y maléfico estratega: el Trapocaos, ser de indudable escueta imaginación, ya que su mente no lo deja ver más allá de la mitad, asustando a los otros coequipers de defensa si llegan a pasarla. Sin embargo, es un ser muy imaginativo para brindar frases célebres, al mejor estilo del Maradona terrestre, con el cual coinciden también en una prodigiosa zurda endiablada. El Trapocaos es un ser muy adorado en los confines de la galaxia, donde lo consideran el gran profeta de la mediocridad.
Actualmente también se ha sumado a la saga defensiva el ser conocido como Villareus, que comparte raza con el ser Batius, ya que ambos son conocidos como la especie NI.
La sigla NI parece no tener un significado propio, pero ellos buscan su lugar en este espacio tan grande. Puede que se encuentren por momentos perdidos en la batalla, pero todos sus compañeros tienen fe que encontrarán el rumbo algún día. Ambos seres se diferencian en una cosa: El Batius tiene extremidades inferiores circulares imantadas con polaridad negativa, de allí que jamás le dará un pase a un compañero. Lo intenta, pero no está en su naturaleza, y el Villareus tiene un poder casi sobrenatural: se esfuma al llegar a la zona rival, perdiendo toda definición.
En el medio del equipo se encuentra el líder de este grupo de guerreros: el Osus, quien está dotado de gran entrenamiento en batalla y jamás dará una pelea por perdida, aunque hace unos años perdió su sentido de la orientación y jamás encontrará su lugar exacto donde pararse, de allí que siempre se encuentra en movimiento. Últimamente ha convertido varias veces, aprovechando su gran tiro de media distancia y la generosidad rival.
A su lado se encuentra su socio, de pies delicados y andar cansino, que viene de los planetas más gélidos de la galaxia, el Capitán Alefrius, quien prácticamente no emite sonido. Su discreción es muy valorada en el grupo, más si se encuentra presente ese ser amorfo llamado Colombius, ser con más de ocho bocas, un solo oído y abdomen prominente que le facilita el almacenaje de sustancias para épocas de sequías interestelares. Es un ser de gran pegada, pero de cada vez menor velocidad, indirectamente proporcional a la cantidad de palabras que suele emitir por encuentro.
Pero volviendo al tema del frío torácico, otro ser de este medio batallador es un ser mágico proveniente de los mundos dorados de Angonellius, el ser conocido como Puchis, que empezó siendo una gran promesa por su magia, pero no pudo con las fuerzas malignas y mediocres que el Trapocaos ha arrojado sobre este grupo de valerosos contendientes. Hoy ya no promete, tampoco es, pero quien sabe…
Víctima de los años, llega otro ser de cabellera amarilla, que posee manos en forma de tijera y pies alternados, el Pelucum, que tiene una extraña habilidad. Tan extraña que nadie la ha descubierto en toda la galaxia. Otro ser extraño es el saturnino Martinus, quien de tantas vueltas y vueltas por los anillos solía hacer lo mismo en combate.
Un poco alejado de la batalla, (por no decir mandado a retiro), otro de los fundadores, el Marianus Rintintus, es un ser de estructura ósea muy blandita, pero cada vez es más reconocido en su labor de proveedor de agua (aguatero), muy útil en estos confines del universo.
Entre el medio y la ofensiva se encuentra uno de los seres más extraños de esta infinita cosmogonía: El Cocus, que dado a distintas sustancias y rayos y centellas cósmicos ha adquirido dotes únicas, pero únicas en serio, para estas batallas. Es el impar ser de este equipo que al correr despide humo y un sonido que los humanos reconocerían como la canción “Woman no cry”.
En la ofensiva se encuentra el único ser medio amorfo y asexuado del grupo: el Carusium, ser interestelar amigable pero con pocas dotes para la batalla. De pies de bailarina, las lesiones lo han privado de seguir escalando posiciones en el ranking cósmico de anotadores, donde se encuentra en el puesto un billón cincuenta mil cinco. Su fiel escudero, el Julianus, se evaporó en una batalla al recorrer a gran velocidad dos metros y cuarto, y jamás se lo volvió a ver.
A su lado, aparece uno de los seres del cosmos más dominado del universo, pero su fuerza por el grupo es superior. De la galaxia Ejecutiv llega el Andujiar, ser sumamente velludo que hace miles de años venusinos salió ganador como anotador en los certámenes y hoy en día también encabeza el ranking, pero de buen compañero y mejor rival.
Por último no queríamos olvidar a otros seres que han estado en este equipo de valientes: el Pifus, el Carilindus, el GordusJuanus, el Japonius, el Nachum, el Languidus, el Gastonius, y otros más que son indescriptibles, en todo el sentido de la palabra.

Para ir terminando esta historia, vale aclarar que el deporte que estos seres extraterrestres practican se parece al fútbol, pero digo bien, se parece, porque fútbol, lo que se dice fútbol, seguro que no es.

lunes, 6 de junio de 2011

El Regreso de los muertos vivos


Lo épico parece ser la regla en el Ciclón. Una cadena de cuatro derrotas consecutivas, alguna de ellas vergonzosa, solo podía ser cortada por un partido emotivo. emotivo no por las circunstancias de juego, ya que el buen fútbol sigue sin aparecer. Pero las emociones llegaron de la mano de tres grandes regresos.
Caruso volvió una tarde, con su pierna recuperada despues de la terrible patada recibida en aquel partido, allá por el comienzo del campeonato, cuando el Ciclón todavía soñaba. Volvió intacto, no se notó. Realmente fue tan intrascendente como de costumbre.
Mariano "ET" R. volvió. Y aunque pensabamos que era imposible, volvió con menos velocidad que la tenía antes de la lesión. La misma garra, el mismo timing, el el mismo amor, la misma lluvia.
Y Guille volvió. Los médicos habían anticipado una falta de sensibilidad en el pie izquierdo, que no se vio en la cancha. Reventó todo lo que pasó cerca, como si el mismisimo Trapo se hubiese apoderado de su cuerpo. No pifió, no dudó, el mejor Guille esta de vuelta.
El Ciclón no encuentra el camino, se pincha en los segundos tiempos, no consigue el juego asociado. Pero la mística no se pierde, el Trapismo no se mancha.
Ah, perdón, me olvidaba. El Ciclón ganó 2 a 0, con anotaciones del goleador Oso y del Ejecutivo. De cualquier manera, el resultado ya parece ser lo menos importante.
Para destacar: los laterales del Ciclón le dieron a la defensa la seguridad que necesitaba. Que no se entere Trapo: cruzaron la mitad de la cancha en tres ocasiones.
Para mejorar: seguimos con plantel corto, cuesta mucho armar el equipo.
La noticia: vuelven los asados (lo que realmente importa)

domingo, 5 de junio de 2011

Repudio

Amigos de lo ajeno han ingresado al domicilio del ductil defensor del Ciclòn conocido como Charly (o carlos, o muerto o mediocre) y revisando el quincho de la vivienda han sustraìdo un bolso que contenìa los gloriosos botines blancos (ademas de llevarse una bicicleta y 4 cervezas)
Este hecho puede adjudicarse a mediocres ladronzuelos, pero fuentes policiales sospechan de organizaciones criminales que responden a intereses de los equipos de la zona D1 de la liga Vascogermana, donde el mencionado zaguero se desempeña desde hace poco menos de un año.