Volvió el Ciclón, ya no como un vientito ni tampoco como un torbellino, pero el sábado se vieron muestras del equipo que brillara (un poco exagerado) el torneo pasado.
La vuelta de Javi al arco, más la primera vez en el torneo que se repite defensa (Boli, Ale Lego, Villares y David) hicieron que el equipo mostrara una seguridad inusitada en el primer tiempo, ante rivales que buscaban la punta denodadamente, se peleaban entre ellos y hasta protestaban de todo, inclusive los saques laterales del misionero, que si bien no son perfectos, para otro deporte andarían bien.
El medio funcionó muy bien casi todo el encuentro, aunque se destacó en aquel primer tiempo. Un Mago lúcido, el doble cinco batallador (Oso y Mariano R) y un Candia que quería quedar bien con la mujer.
Adelante, y no por culpa de los delanteros sino por falta de creatividad, quedaban las cuentas pendientes. Caru y Cable parecían más volantes de marca que delanteros, pero se intentaba.
Un cabezazo de Villares en el travesaño y un par de tiros de afuera convirtieron al equipo en levemente superior al rival.
Tal era su desconcierto, que al ingresar a la cancha para disputar la segunda parte, se les escuchó decir "que el empate les servía".
Sin embargo, en el segundo tiempo fueron más punzantes, y nuestro equipo se paró definitivamente de contra, tratando de aprovechar los ingresos del veloz Martinez y del Pato Donald Nico.
Así fue como los rivales se perdieron tres claras: dos en los palos, un cabezazo que hasta Caru lo hacía, y el juez les arrebató un penal legítimo del principal asesor del Papa Francisco.
Y faltando dos minutos, la suerte que es grela dice el tango, nos jugó una mala pasada. Una salida en falso de Robocop, un despeje de Villares que no salió, y el uno a cero en contra.
El final fue todo de Cable, haciendo echar gente, peléandose hasta con las hormigas, muy poco más.
Si bien se perdió, se batalló a la vieja usanza, se pudo hasta ganar y se dejó en claro que a pesar de la pésima posición en la tabla, todavía se puede dejar una imagen más o menos digna.
Se volvió al camino, ahora habrá que ver si seguimos por la senda o nos caemos con la primera piedra que se nos cruce. Por suerte vuelve Trapo, que tira afuera hasta las rocas más hostiles...
