sábado, 21 de septiembre de 2013

PARTIDOS



Sí, jugamos un partido, después de tanta lluvia.
Y jugamos partidos.
Un equipo que jugó los primeros veinte o veinticinco minutos  de buen fútbol, de lo mejor en estas fechas de este aciago torneo.
El fondo apretaba en el medio y no en al borde del área, el Oso desbordaba, Mariano se disfrazaba de Capitán Frío (cortaba y distribuía), Federico ( está claro que juega bien, pero le faltó aire en el complemento) gambeteaba hacia adelante, Hernán intentaba por izquierda, y adelante el Ejecutivo generaba ataques y Javi hacía no extrañar a Caru.
Villares rompió el travesaño, el Ejecutico tuvo dos claras, y los rivales no pasaban la mitad de la cancha.
Y de una pelota parada y una dormidera del fondo los rivales se pusieron en ventaja injustamente.
Y se siguió intentando, a pesar de los intentos de David por sacar bien los laterales (en el seminario las pelotas las metía adentro un obispo... que esa frase no se mal interprete, por favor).
Y en el segundo tiempo el equipo estuvo partido.
Todo lo bien del primer tiempo, se hizo mal, a pesar del golazo madrugador de los rivales.
Una chance mínima de gol en los segundos cuarenta, y un baile terrible de los rivales, que metieron cinco cambios, dos gordos, una abuela y hasta cambiaron el arquero! Total, si como no pateábamos podía entrar Clemente que era lo mismo.
Y en un centro llegó el tercero, a pesar de los esfuerzos de Robert.
Y a Diego Armando le salta la térmica y quedamos con 10.
¿Bien parados?
Sí, con línea de tres: Mariano, el Oso y Robocop.
Partidos.
Hay partidos y partidos.
Lo importante es no quedar partidos.
Así, las pizzas quedan más lejos de lograr que un pique del Mago.

sábado, 7 de septiembre de 2013

LLUVIA



Gracias a la lluvia, este equipo, que se perfila (muy de perfil, casi que ni se lo ve) al campeonato, hilvanó dos fines de semana seguidos sin conocer derrota alguna.
Llueve.
Dos fines de semana que ya nos encaraman al final del torneo con mucha expectativa y ansiedad por saber si estamos a la altura ( de un enano de jardín) de campeonar.
Llueve.
Si bien la lluvia no da puntos, aunque debiera hacerlo para nosotros, es bueno saber que ante un fin de semana cargado de ausencias, con un equipo diezmado, el equipo igual hubiese ganado, con dos goles de Caru, el primero de cabeza al lado del poste izquierdo y el segundo de emboquillada, ante la pasividad del arquero rival.
Llueve.
Si bien los rivales tienen a los dos goleadores de la zona, no nos hubiesen marcado gol alguno, ante las atajadas del improvisado arquero Matías Pucci, quien habría hecho magia bajo los tres palos.
Llueve.
La defensa saca todo y los laterales pasan la mitad de la cancha cual Aquaman.
Lluvia.
El medio se come la cancha con la fuerza misma de Poseidón.
Lluvia.
Diego Armando hace honor a su nombre y se tira de panza al agua festejando su pase gol a Caru.
Llueve.
Una pena que llovió y no nos dan los puntos merecidos que, bajo esta cortina de agua, nos merecemos soñar...